MozEdu para adultos. Buenos usos y costumbres sociales.

Estoy a favor del desarrollo y mejora de las nuevas tecnologías, sobre todo porque redunda positivamente en la calidad de vida en general, pero hasta cierto punto denosto muchos usos que se están empezando a dar en nuestra vida cotidiana. Las invenciones deben estar al servicio de las personas, no para lo contrario,  que sería esclavizarlas o hacerlas dependientes. Para evitar algunos comportamientos enumeraré algunas ideas.

– Dentro del hogar limitar el tiempo de uso. Hay que tener unas normas, para aplicar una disciplina, si se hace desde el principio, el trabajo será menor, aunque el logro luego sea mayor. La vivienda es un sitio donde hay varias tareas que acometer (limpieza, preparación de comidas, ropa que lavar, planchar, preparar comidas, higiene personal etc.). Una medida disuasoria es dejarlos en un cajón o armario (fuera de la vista).

– Hay que darle descanso a los ojos. No solo cuando dormimos. Si abusamos de las pantallas podemos causar en los niños miopía y en los adultos vista cansada.

– Prohibir el uso de smartphones, tablets y disponsitivos de conexión y juegos en los colegios, institutos y universidades durante las horas lectivas. Es algo recriminable en una representación de teatro, simposium etc.,  pues interrumpe. El interés colectivo debe prevalecer sobre el individual en estos casos.

Los móviles y smartphones suelen tener un servidor que aloja los mensajes que no podemos atender ¿cuántas llamadas o mensajes realmente urgentes recibes? Si son de tu trabajo, deberías pensar en cuántas horas trabajas o estás disponible y si te son remuneradas. Si haces juegos en línea junto con otras personas ¿se acaba el mundo porque abandones? ¿subir niveles es lo que más importancia das? ¿has sustituido significativamente los juegos tradicionales por los virtuales? Esto hay que pensarlo de manera crítica. Existen los buzones de voz al igual que puede estar un mensaje en el buzón incluso durante años, pensadlo.

– Cuando quedemos a charlar con los amigos en un bar, poner castigo al que desatienda una conversación porque atienda en ese momento el terminal con el pago de las consumiciones. En otros casos desconectarlos.  No sé a vosotros, pero a mi me resulta muy difícil mantener una conversación con alguien que prioriza su atención y mirada sobre su dispositivo, perdiendo toda la riqueza del lenguaje visual, es algo que roza la falta de respeto. No digamos cuando has hecho una cita previa,  y te ignoran por el que ni se ha tomado la molestia de desplazarse físicamente.

No pretendo imponer normas de conductas cívicas, aunque reconozco que los españoles somos muy dados a utilizar el imperativo, aún tratándose de sugerencias. Al fin y al cabo ¿quién soy yo para decir cómo deben comportarse? podría caer en el dicho «Consejos vendo y para mi no tengo». Es bueno que reflexionemos en si hay que poner medidas ante el aislamiento social que estamos padeciendo,  sobre todo en estos últimos años debido al mal uso social de la tecnología. Con este artículo busco la autocrítica, porque parece que las tecnologías han llegado con una  preferencia antes nunca vista.

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